Por María Celsa Rodríguez
Maduro, asume la presidencia de Venezuela, mientras el Grupo de Lima, desconoce su legitimidad. Sabemos que el Dictador «ganò» las elecciones con resultados fraudulentos. Aquella imagen con el brazo en alto saludando a una multitud invisible, era un reflejo del rechazo generalizado a alguien que ha destruido su país pero que continúa gobernando con el engaño de un triunfo fantasmal del 67 % de los votos.
Pero también representaba que para él el pueblo no existe.
La Conferencia Episcopal Venezolana dijo:
«Vivimos un régimen de facto, sin respeto a las garantías previstas en la Constitución y en los más altos principios de dignidad del pueblo (…). Por tanto, la pretensión de iniciar un nuevo período presidencial el 10 de enero de 2019 es ilegítima por su origen, y abre una puerta al desconocimiento del Gobierno, porque carece de sustento democrático en la Justicia y en el derecho».
La línea comunista, marxista del Socialismo del Siglo XXI que acompaña al Dictador son: Miguel Díaz Canel, de Cuba y Daniel Ortega, de Nicaragua; Evo Morales, de Bolivia; Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador y asistieron representantes de Turquía, México y Uruguay.Y dos países no reconocidos por la ONU: Osetia del Sur y Abjasia.
Maduro dijo con tal seguridad que «Está en marcha un golpe de Estado ordenado desde Washington, ordenado desde el Cartel de Lima en Venezuela». Al grupo de Lima, Maduro calificó de «cartel». El argumento se sostiene al decir que poseen documentación que acreditan que son países dedicados a la corrupción, el narcotráfico y manejan grupos paramilitares, con ex presidentes investigados o presos, parte de su gabinete preso, que violan los derechos humanos y aíslan y matan de hambre a los aborígenes. Que su objetivo es el derrocamiento y magnicidio de Maduro, apoyado y dirigido por los EEUU y Canadá.
Irónicamente quien lo dice es el Presidente de un narco Estado, con un vicepresidente dirigiendo el Cartel de los Zetas, que usa la linea de aviación estatal para los negocios sucios y que tiene acuerdos con las FARC, el Hezbollah, Hamas y esta manejado por el G2 cubano.
El grupo de Lima, -denunciado por el Dictador-, esta integrado por Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Perú, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Costa Rica, Canadá, Santa Lucía y Guyana, se instituyó en el año 2017 en Perú, con el fin de buscar una salida al conflicto de Venezuela. A ellos, Maduro le dio un ultimátum para que en 48 horas si no se retractan «el gobierno tomará las más urgentes y crudas medidas diplomáticas».
Hay países que han decidido romper relaciones diplomáticas y retirar su personal de las embajadas y consulados. Por su parte el portavoz de la Unión Europea, Maja Kocijančič, informo en rueda de prensa que «la UE y los Estados miembros no participarán en la sesión de investidura presidencial hoy», sin embargo mantendrá canales abiertos y diplomáticos en todo lo que sea una salida «pacifica y democrática a la crisis de Venezuela».
Venezuela, sigue caminando en el infierno, y para sostenerse Maduro, utiliza a los militares como aliados, 9 de los 32 ministros son militares, dirigen los Ministerios más importantes: el de Defensa, del Interior, de Agricultura y de Alimentación y la petrolera PDVSA que es la que provee el 96 % de los ingresos del país, ademas del servicio de inteligencia compartido con el G2 cubano.
Igual que Fidel Castro y su hermano que compró la lealtad de los militares, cosa que lo repitió Hugo Chávez y ahora Maduro. Asi la TV estatal, Bancos y Financieras, concesionarias y ensambladora de vehículos, constructoras, empresas mineras, refinerías y gasoleras, están manejadas por militares.
Por otro lado hay denuncias de militares acusados de conspirar contra el gobierno que son detenidos y torturados. No solo eso, persiguen a sus familiares y los llevan a prisión, los someten a duros interrogatorios a fin de obtener información sobre sus contactos y amistades. Son golpeados, le cortan la piel, le hacen descargas eléctricas, los privan de alimentos y agua, de acceso al baño, de horas de sueño y los amenazan de muerte, con simulación de ejecuciones.
Cualquier sospecha del gobierno, de atentar contra él, es la inquisición.
Venezuela está acorralada.
La autora es: Directora de ChacoRealidades; www.chacorealidades.blogspot.com.ar; Analista del Circulo Acton Chile @CirculoActonChile
